Son seres fabulosos que figuran en los relatos de la literatura griega. Hasta una época muy tardía no se describe su forma, diciéndonos que tenían cuerpo de pájaro y cabeza de mujer, pues los autores más antiguos que las citan no dan ningún pormenor sobre su estructura física. Podría creerse, pues, que como tantos otros seres míticos, hablan sido concebidas de diferente manera, según las épocas; pero hay testimonios de que desde fecha muy antigua se les atribuía aquella forma; estos testimonios son los vasos pintados que reproducen sirenas de tal naturaleza desde el estilo de las figuras negras (por ejemplo, una hidria aticocorintia del Louvre, encontrada en Caeré, adornada con dos pájaros con cabeza de mujer, llevando uno de ellos una inscripción que declara ser una sirena). En vasos de época más reciente se reproduce esta forma.